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La amenaza de la Tierra
Acabo de llegar a una historia corta de ciencia ficción de
Robert A. Heinlein,
The Year of the Jackpot --dentro de la colección de cuentos
La amenaza de la Tierra-- que desafortunadamente no había leído. La trama implica a un estadístico que descubre que todos los indicadores sociológicos, ecológicos y económicos están en declive, convergiendo en un determinado momento del futuro.
Dentro de la crisis más severa desde la Gran Depresión, uno puede tener una visión catastrofista de nuestra civilización. De hecho se suele apuntar al siglo XX como un momento
especialmente violento de nuestra historia, señalando a las dos grandes guerras, a Hitler, Stalin o al menos citado Mao Zedong , probablemente este último el mayor régimen criminal de la historia en números absolutos con unas 40 millones de víctimas. Pero si buscamos algún dato objetivo como el número relativo de muertes en actos violentos, el siglo XX
podría no haber sido tan especial en esa faceta. Incluso en número absolutos el conquistador mongol Genghis Khan compite con Mao Zedong. Y en números relativos, algunas tribus como los Jíbaro podían ensañarse en sus guerras provocando
hasta un 60% de víctimas entre los varones jóvenes. Y ese tipo de masacres no eran infrecuentes
según el antrópologo
Lawrence H. Keeley. Se puede incluso defender una perspectiva optimista de nuestra evolución hacia una sociedad menos violenta, como hace Steven A. LeBlanc en
Constant Battles: Why We Fight.
El siglo XX parece además haber sido una época especialmente tranquila respecto a fenómenos geológicos como erupciones volcánicas o terremotos en comparación con el siglo XIX. Ejemplos hay unos cuantos. La serie de terremotos de magnitud mayor que 8 que durante meses
en Nuevo Madrid provocaron el cambio de sentido del cauce del Mississippi. O al
erupción del Tambora en la isla indonesia de Sumbawa que creó una caldera de 1250 m por debajo de la altura del pico que una vez existió allí y que mató a unas 92,000 personas. O el
huracán de Nueva York de 1893 que barrió del mapa la isla de Hog, de 1,6 km de longitud al este de Long Island. O la
tormenta solar de 1859, que paralizó las emisiones telegráficas y que si ocurriera hoy
podría paralizar una parte importante de la red eléctrica.
La pregunta del millón es cuál de los dos siglos ha sido "típico" desde el punto de vista geofísico. ¿Es la actividad geológica actual
inusual?.
En el US Geological Survey, dos investigadores
afirman que la actividad sísmica reciente no ha sido inusual desde al menos 1900.
En el
FAQ del Global Volcanism Program presentan datos bastantes convincentes de que no existe un incremento de la actividad volcánica desde 1960 y los datos históricos parecen indicar que la actividad volcánica se ha mantenido en promedio relativamente constante en los últimos siglos.
De lo que no cabe ninguna duda --como estamos viviendo actualmente con el volcán islandés-- es que en un planeta más poblado y una civilización más compleja los efectos de un fenómeno natural no sólo dependen de su magnitud, sino de las zonas y la infraestructura a las que afecte. Un evento incluso de una magnitud relativamente pequeña puede cambiar la historia.
La fisura volcánica islandensa de
Laki se mantuvo en erupción seis meses durante 1783-84 enfriando el clima europeo en los años posteriores, extendiendo las hambrunas y la pobreza.
Algunos lo
señalan como factor relevante en el estallido de la revolución francesa.
Basado en Suppose 21st Century Disasters Like 19th Century. Future Pundit
2010-04-21 23:21 | Civilizacion, Historia, Futuro |
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Comentarios
1
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De: Fer |
Fecha: 2010-04-26 10:44 |
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Siempre hubo quien rentabilizó el miedo. Los populistas, las religiones y los catastrofistas sacan tajada del miedo de la gente.
El miedo es un buen mecanismo de control de los rebaños. Cuando el lobo anda cerca el rebaño se agrupa.
Así que a quien tenga interés en agrupar al rebaño también le conviene coger por los pelos cualquier argumento y convencernos de que caminamos hacia el abismo.
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