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Ecos del futuro

Reflexiones sobre ciencia, economía, ecología, política y comportamiento humano

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    Pedro J. Hernández



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    Inicio > Historias > La ciencia de la navidad. Edición 2009.

    La ciencia de la navidad. Edición 2009.

    Aunque algo tarde, y para no terminar con la única tradición de este blog que empezó con la física de la navidad, vamos a completar la ciencia de la navidad con algunos estudios interesantes.

    La entrada más completa de este año es The 12 Psychology Studies of Christmas en PsyBlog donde me han llamado la atención tres de los estudios.

    El primero tiene que ver con el efecto halo aplicado a las comidas. Ya hemos comentado en este blog cómo no existe una correlación entre el precio de una botella de vino --que suele estar relacionado con la calidad-- y la valoración que el sujeto hace de éste. Pues bien, con las comidas, el uso del entorno adecuado, la descripción adecuada o las emociones precisas puede obrar verdaderos milagros. Todos hemos experimentado ese efecto, especialmente en nuestras incursiones gastronómicas cuando estamos de viaje.

    El segundo estudio es una encuesta sobre el significado del espíritu de la navidad: cordialidad, alegre desidia, ritual, compras y un poco de melancolía. ¡Nada que ver con el espíritu religioso!.

    El tercer estudio que me llamó la atención trata de averiguar por qué persiste en transmitirse de padres a hijos el mito de Santa Claus. La respuesta no es del todo inesperada. Nos gusta la magia del asunto. Incluso veíamos en la edición anterior que para un 20% de mujeres, ¡la magia podría llegar incluso más allá!.

    El aspecto más interesante desde el punto de vista de un escéptico es cómo los niños no tienen problemas en racionalizar el mito de Santa Claus cuando se van haciendo adultos y sin embargo pueden persistir sus otras creencias.

    Por supuesto la estrella de estas fiestas son los regalos. Hemos comentado el asunto con cierta profundiad en economía y psicología de los regalos de navidad. Básicamente los estudios muestran que no debemos regalar dinero más que a lo niños; Considerar que en los regalos de compromiso a familiares no próximos se pierde en promedio 1/3 del coste respecto a la que hubiese sido su propia elección; Meditar sobre el sentido económico de la costumbre japonesa de regalar melones de 50 euros; Ser conscientes que los hombres y las mujeres tienen diferentes reacciones ante un regalo mal elegido.

    Pero recuerden. Nos hace más felices gastar en otros que en nosotros mismos. Al menos en cantidades de unos pocos euros.

    Felices Fiestas y recuerden para fin de año que las resacas de whisky son peores que las de ginebra o vodka.

    2009-12-27 18:58 | Psicologia, Ocio, Felicidad |


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