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Ecos del futuro

Reflexiones sobre ciencia, economía, ecología, política y comportamiento humano

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    Pedro J. Hernández



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    Inicio > Historias > No podemos imaginar cómo es estar muerto

    No podemos imaginar cómo es estar muerto

    Un economista podría pensar en dos tipos de miedo a la muerte. El primero sería un miedo marginal que es totalmente racional: generalmente es más eficiente para el individuo en cualquier situación seguir vivo que morirse. Traducido a la biología no sería más que el instinto de supervivencia.

    Sin embargo existe otro miedo totalmente irracional que es nuestro análisis de la situación. Mucha gente afirma que su miedo consiste básicamente en que no quiere sufrir, pero en realidad hay cierta irracionalidad en ello porque casi todo el mundo prefiere pasar por el sufrimiento que sea sin terminar por palmarla antes que al contrario.

    Mi impresión es que a lo que todo el mundo teme es al mismo hecho de la inexistencia. Un reciente artículo en Scientific American precisamente incide sobre ese punto. Como no hemos experimentado nunca la falta de consciencia --al menos sin la mirada retrospectiva del despertar del sueño o de un coma--. La muerte es completamente ajena a la experiencia por propia definición. Así que la cita de Goethe "todo el mundo lleva la prueba de su propia inmortalidad en su interior" va al fondo del asunto. No se puede experimentar el hecho de estar muerto en primera persona. En otras palabras, la inmortalidad es infalsable en primera persona --por eso prefiero la física o la economía--

    La intuición de la continuidad temporal de la consciencia --¡aunque sea estando muerto!-- es una característica probablemente innata, puesto que los estudios parecen indican que se apacigua en cierto grado con la edad. Como explica el autor del artículo de Scientific American, no podemos fácilmente librarnos de la presencia de otra persona de nuestro entorno social cuando muere, porque nuestro sistema cognitivo no tiene una especie de "update" en la lista de nuestras relaciones sociales.

    Nada de esto impedirá que nos siga impresionando la depresión del marido de la protagonista de Los Otros al saberse muerto. Nos vemos a nosotros mismo pasando por el mismo trance. Pero sin el acto de la observación no existe la realidad observada. Sólo estamos muertos para los demás, jamás para nosotros mismos. ¡Vaya consuelo!.

    Otros comentarios del mismo artículo:
  • Build on facts: Experimental Consciousness
  • Pharyngula: Where will you be after you're dead?

    2008-10-21 23:53 | Psicologia, Ateismo, Comportamiento humano |


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    Comentarios

    1
    De: Diego Fecha: 2008-10-22 03:46

    De acuerdo con todo :)

    Divertida esta última reflexión. Como decía el sabio: "Si no estás muerto, no te preocupes; y cuando estés muerto, ya no te preocuparás" (..pues no puedes hacerlo).

    Cuando se discute sobre estos temas me llama la atención que nadie se acuerda de que YA estuvimos "muertos".. antes de nacer. Ese vacío es la no existencia. El problema es que nos encendemos poco a poco, generando memoria y consciencia, pero nos apagamos con todo ese "lastre". Intrigante la experiencia de un enfermo de Alzheimer, es -salvando las distancias- el efecto contrario al nacimiento, salvo que en lugar de una ganancia progresiva es una pérdida...



    2
    De: Markos Fecha: 2008-10-22 10:07

    Es cierto, hemos no existido antes. Pero es que después de probar la existencia, quién quiere perderla?

    Los clásicos hacían poca distinción entre el sueño y la muerte. Hypnos y Tanatos son hermanos. No obstante sí que es cierto que con el tiempo el espíritu del Tanatos se nos va comiendo.

    Personalmente tengo pánico al Alzheimer. Sólo espero que si alguna vez lo desarrollo, me acuerde de cómo se utiliza una pistola para volarme la cabeza.

    Tranquilos, todo es cuestión de tiempo.



    3
    De: Victor Fecha: 2008-10-25 21:53

    Me ha gustado mucho la reflexión, porque yo tambien juego con esa idea a veces. Si la propia muerte no puede ser verificada, podemos llegar a negarla manteniendo la coherencia lógica. Estariamos de otra forma utilizando un argumento inductivo (como los demás se mueren, yo tambíén...) pero hay corrientes de pensamiento que tampoco aceptan la inducción.

    Sería esto un argumento o vuelta de tuerca respecto al concepto de "inmortalidad"?



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