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Homo ecclesiasticus
Continuación de
Lo que dices frente a lo que haces,
Dios también tiene un precio y
¿Cuál es su precio?.
A lo mejor la clave no está en buscar lo que hay de irracional en los creyentes. Sino lo que hay de racional en su comportamiento. Y la ciencia con la premisa básica de que todos los individuos actúan de manera racional maximizando su utilidad es la economía.
En una
entrada anterior veíamos cómo incluso en una país tan religioso como EEUU los feligreses tienen que elegir entre la asistencia a la iglesia y otras actividades. Y generalmente eligen esas otras actividades dedicando 3 minutos de media diaria en días laborales y 39 minutos en domingo a su iglesia.
En un interesante estudio,
Never on Sun(ny) days?,
Laurence R. Iannaccone analiza los factores relacionados con la asistencia a la iglesia no en base a encuestas --recuerden,
lo que la gente dice que hace y lo que hace suelen ser dos cosas bien distintas-- sino en base a la contabilidad de asistencia que llevan algunas congregaciones.
El modelo de comportamiento no es más que el clásico en economía: la gente toma sus decisiones diarias considerando el valor marginal de cada opción. Aprovechemos para explicar otro concepto clave en economía: la ley de la demanda.
Imagine el lector que está deseando pasar por su tienda favorita. En algún momento, entre varias opciones elegirá ir a la tienda y pasar allí digamos media hora. Al día siguiente podría regresar, pero ya no tiene tantas ganas, aunque tampoco le hace ascos a otra media horita. Sin embargo al tercer día no está pensando desde luego consumir su preciado tiempo en la misma tienda. Ese es un fenómeno general. El máximo que uno está dispuesto a sacrificar por obtener algo más de lo mismo disminuye a medida que acumula más. Los economistas llaman a este fenómeno disminución del valor marginal --medido por unidad de tiempo-- y lleva a lo que se conoce como ley de la demanda.
En el eje vertical vemos el precio relativo de una media hora de nuestro tiempo. La curva representa el máximo precio que estamos dispuestos a pagar (en este caso con nuestro tiempo) por una, dos, tres, etc visitas a la tienda favorita. Para la primera visita --cuando lo estamos deseando-- estaríamos dispuestos a invertir digamos hasta 1 hora de nuestro tiempo. Por lo tanto, invertir media hora es una ganga. Sin embargo a partir de la tercera visita, media hora más en la tienda empieza a parecernos una pérdida de tiempo. Digamos que la tercera visita iguala el tiempo que estoy dispuesto a gastar en la visita y el tiempo que toma la visita de hecho --estamos suponiendo que por la razón que sea siempre utilizamos media hora en la tienda para hacer lo que necesitamos hacer--. Tres visistas es realmente el número óptimo de visitas porque el tiempo máximo que estoy deseando dedicar a la visita a la tienda (precio que estoy dispuesto a pagar) es igual al tiempo que realmente dedico a la visita (su precio). Es decir, el valor marginal es exactamente igual al precio.
Iannaccone adapta la ley de demanda al hecho religioso:
La variación temporal del nivel personal de religiosidad está más relacionado con la variación de las oportunidades personales que con la variación de las creencias religiosas de fondo
A medida que aumentan las oportunidades y la variedad de actividades, el valor marginal de cada unidad de tiempo dedicado a la práctica de la fe aumenta y --como indica la ley de demanda-- su cantidad debe disminuir. De hecho, esto no es más que otra consecuencia del principio de sustitución.
El lector ahora puede estar pensando que es lógico. Si uno tiene que cuidar a sus hijos o hacer unas horas extra en el trabajo es lógico que su tiempo dedicado a la fe disminuya. Al fin y al cabo hay cosas más importantes que ir a la iglesia o rezar. Pues bien, Iannaccone encuentra factores que aumentan el valor marginal de la asistencia a la iglesia como: la meteorología. ¡Vale!. Un día de rayos y truenos puede realmente ser un impedimento para ir a una actividad en la iglesia a la que un fiel se siente obligado a asistir. Pero qué me dicen de los días soleados. Los días de buen tiempo aumentan el número de actividades que uno puede hacer --y sobre todo esas que hacen que la vida valga la pena--. Los fieles tienen más opciones donde elegir. Y efectivamente eligen ir menos a la iglesia. Recuerden: el principio de sustitución siempre está ahí presente.
Bien, ¡basta ya!. Que me perdonen los fieles. No la tengo tomadas con ellos, pero es que es un fenómeno que demuestra perfectamente cómo no podemos evitar tomar decisiones a diario en límite marginal por muy importante que creamos que sean determinadas cosas en la vida. De hecho, el mismo análisis lo pueden aplicar al amor por sus parejas, a la amistad y a todas esa cosas que suenan tan grandes para los seres humanos. Y lo son en cierta forma. Pero hay que distinguir dos conceptos diferentes de valor: el valor marginal y el valor acumulado.
Cuando uno se enfrenta en la vida a una situación de todo o nada como la pérdida de un ser querido, entonces hace un balance global de las cosas. Ese valor acumulado puede entenderse como la suma de los valores marginales, o el área barrida bajo la curva de la figura anterior hasta llegar al valor marginal indicado. Por ejemplo, un puede llegar a un bar sediento y estar deseando pagar por una cereveza hasta 5 euros --no es un ejemplo de situación de todo o nada, pero es un ejemplo numérico sencillo--. Cuando se encuentra que vale 2 euros, ve uno los cielos abiertos. La segunda cerveza ya es otra cosa. Ahora si el barman pidiese 5 euros por ella nos negaríamos. Pero a lo mejor pagaríamos 3 euros. Por la tercera ya no estaríamos dispuestos a pagar más de 2 euros. Ya no habrá cuarta cerveza. El valor marginal se ha igualado al precio. Bien, el valor acumulado de las tres cervezas es 5+3+2=10 euros, que es el máximo que estuvimos dispuesto a pagar por las tres cervezas en esas circunstancias.
En las situaciones diarias podemos valorar marginalmente más una cerveza en el bar que pasar una hora con nuestras parejas o asistir a la iglesia. Pero eso no significa necesariamente que el valor acumulado no pueda ser mayor para lo segundo. De hecho pensamos que lo es y decimos que lo es. Y a falta de un experimento crucial del tipo: vamos a darle otra oportunidad de vivir otra vez a ver si de hecho pasa usted más tiempo en el bar bebiendo cerveza o en la iglesia o con su pareja, realmente no podemos valorar objetivamente qué relación hay entre las curvas de demanda reales. Una posibilidad sería la siguiente:
Las curvas de demanda se han representado como rectas por simplicidad. El área señalada es el gasto acumulado en cada actividad --recuerde el lector que los precios son relativos--. El triángulo que queda por encima de este área es el superávit del consumidor --cuanto mayor sea más satisfactoria ha sido la operación--. El valor acumulado es la suma del área sombreada más el triángulo correspondiente al superávit.
Si ha captado el chiste, ha entendido uno de los principios más importantes de la economía. La ley de la demanda.
Addendum
Después de leer el post uno puede pensar que la argumentación es circular o que estamos hablando por hablar o aplicando conceptos que sólo funcionan para precios y bienes de consumos. Bien, la ciencia mide su éxito por su poder explicativo y predictivo. El modelo económico presentado predice que si aumenta el número de opciones no religiosas, disminuirá la asistencia a las iglesias pero, más interesante aún si cabe, si aumenta el número de opciones religiosas permaneciendo invariante todo lo demás, aumentará la práctica religiosa. Todo parece indicar que
así efectivamente sucede. Pero en todo caso, es un modelo falsable desde el momento que permita la posibilidad de que el aumento de nuevas oportunidades de otras actividades incremente la participación religiosa.
2008-06-02 21:20 | Comportamiento humano, Religion, Economia |
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Comentarios
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De: Ringote |
Fecha: 2008-06-03 17:26 |
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Vaya, hoy toca fobia otra vez.
Me gusta mas cuando hablas de astronomía.
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De: Pedro J. |
Fecha: 2008-06-03 18:28 |
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Quizás no encuentres el tema interesante, pero ver que utilizas la misma regla para --probablemente de forma inconsciente-- elegir la cantidad de tomates que consumes, el tiempo que estás con un amigo, o el tiempo que dedicas a tu religión-- tiene la misma belleza que descubrir que la gravedad actúa de la misma manera en todo el universo. No es fobia --como decía en el post-- es un ámbito del comportamiento humano tremendamente interesante.
Por ejemplo otra pregunta, ¿era la gente más religiosa en la edad media, ahora o no ha habido cambios significativos?. El modelo predice que lo era más porque habían menos posibilidades de sustitución. Lo que lleva a pensar que una de las consecuencias del desarrollo económico bajo el sistema de libre mercado y libre elección de los consumidores es el abandono progresivo de la práctica de la fe.
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De: Akel |
Fecha: 2008-06-04 10:17 |
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Esto de confundir la velocidad con el tocino está bien como entretenimiento, pero no deja de ser una insensatez más.
En EEUU tienen todo tipo de opciones religiosas y no religiosas desde hace muchísimo tiempo, y el resultado es que la gente va mucho más a misa que aquí en España.
En España la gente va mucho menos a misa desde que ese dictador que aparecía en las monedas pasó a mejor vida. Y cuando esto empezó a ocurrir, aquí no había más religiones que la católica.
Aquí sólo hay otras religiones desde hace muy pocos años, exactamente desde que recibimos oleadas de inmigrantes.
¿En serio piensas que a un católico practicante le quita su fe el que ya tengamos alrededor vecinos musulmanes?
Yo creo que no, incluso todo lo contrario. estas cosas lo que hacen es radicalizar a muchos.
Están muy bien los gráficos que pones cuando hablamos de patatas, tomates o legumbres, pero el problema de que la gente haya dejado de ir a misa es otro y no tiene nada que ver con las patatas.
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De: Ringote |
Fecha: 2008-06-04 11:10 |
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No es que no lo encuentre interesante, es que ya lo tuyo es obsesión con las religiones (aunque creo que no debería haberlo escrito en plural porque normalmente solo tratas con una)
No obstante es de agradecer el trabajo que te has tomado en la explicación pero creo que tu análisis es un poco simplista y meter en el mismo saco a los tomates y a los fieles que van a misa no me parece acertado.
Te olvidas de lo principal, la religión es un asunto exclusivamente de Fe, la cual es difícilmente cuantificable bajo los mismos parámetros que los tomates y las cervezas.
¿era la gente más religiosa en la edad media, ahora o no ha habido cambios significativos?
Pues primero depende de que religión estemos hablando. ¿Hablamos de la católica? pues depende de donde hablemos. Si hablamos en España la respuesta debe ser "No". Está claro, no hay que hacer encuestas ni nada, solo hay que ver como indicador los datos de ordenamiento de sacerdotes como han disminuido hasta el punto de que hay que recurrir a personal de fuera para cubrir las vacantes. ¿Motivo? más que el desarrollo económico que dices tu, aunque pueda ser en parte responsable, es por el desarrollo científico-técnico, porque se le come terreno a la religión y a la vez por la evolución cultural-social que chocan con conceptos religiosos ya que estos no tienden a evolucionar tan rápidamente.
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De: Pedro J. |
Fecha: 2008-06-04 16:08 |
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Axel dijo
"En EEUU tienen todo tipo de opciones religiosas y no religiosas desde hace muchísimo tiempo, y el resultado es que la gente va mucho más a misa que aquí en España".
Pues precisamente. Si vuelves a leer con cuidado el post te está diciendo que si aumentas la oferta religiosa aumentas la posibilidad de sustitución y la gente irá más a la iglesia. Eso podría explicar por ejemplo parte del fenómeno estadounidense.
A ambos. La conexión entre tomates, cervezas o tiempo dedicado a la práctica de la fe es la ley de la demanda y en último término el principio de sustitución. Si vas al super y encuentras que la única verdura a un precio asequible son los tomates entonces consumirás más tomates. Si al día siguiente hay más variedad a precios similares o más bajos consumirás menos tomate.
Si tu modelo es que la fe es la última causa del comportamiento o que lo es el desarrollo científico, ahora explica cómo es que cuando a partir de determinado momento abres las grandes superficies en domingo y la gente deja de ir a la iglesia o en un día soleado se reduce también la asistencia.
¿Depende la fe o el desarrollo científico-técnico de la meteorología o de las leyes de actividad comercial?.
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De: Ringote |
Fecha: 2008-06-04 22:37 |
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¿hay estudios fiables en España que evidencien semejante comportamiento ante la apertura de grandes superficies en domingo o simplemente extrapolas el pdf de Stanford y lo aplicas universalmente?
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De: Pedro J. |
Fecha: 2008-06-04 23:49 |
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En realidad el estudio de la apertura comercial en algunos estados después de la derogación de las blue laws es este otro que señalaba en otra de las entradas de la serie.
No conozco estudios en España --y seguramente no los hay--. Si tu preocupación es la extrapolación, mi respuesta es que estoy contigo que sería interesante contar con los datos. Pero es que si no es extrapolable --que lo dudo porque la ley es simple: a más opciones menos asistencia, aunque por supuesto hay otros factores que podrían dominar esa tendencia simple-- sería todavía más intrigante que un pueblo que se declara tan creyente responda perfectamente al principio de sustitución cuando se presentan opciones "más superciales".
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Pedro J., un consejo: procura leer algo de buena poesía de vez en cuando.
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De: Pedro J. |
Fecha: 2008-06-05 17:51 |
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¿Te refieres a algo así?
Here you can see respectable folk
Keeping to gods own laws.
So far he hasnt taken heed.
You who sit safe and warm indoors
Help to relieve out bitter need.
How virtuously we had begun.
The world however did not wait
But soon observed what followed on.
Its fear of God that brought us to that state.
How fortunate the man with none.
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Es un buen principio... >;P
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No obstante, y cambiando de tema, desde que conocí las escuelas tántricas, mi opinión sobre las religiones en general no es tan negativa como la tuya.
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Bueno, alguna escuela (neo)tántrica ambidiestra. >;P
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De: Pedro J. |
Fecha: 2008-06-05 19:29 |
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¿Esas no son de las que habla siempre el Sánchez Dragó y sus orgamos infinitos?. Creo que no sería buen comienzo, mi opinión de las cosas que dice Dragó es incluso más negativas que de las que dice la conferencia espiscopal :-)
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De: Jezabella, Lady of the Sith |
Fecha: 2008-06-05 20:03 |
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¿Cómo que no, Illyria? Si es lo más divertido. Primero amordazamos a Dragó, y luego lo manteamos, a ser posible de forma subvencionada... claro que tendría que dejarse, y eso podría representar un problema.
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De: Pedro J. |
Fecha: 2009-04-28 18:59 |
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Interesante al respecto
"between 47 percent and 59 percent of U.S. adults have changed affiliation at least once. Most described just gradually drifting away from their childhood faith.
"This shows a sort of religion a la carte and how pervasive it is,"
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