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Ecos del futuro

Reflexiones sobre ciencia, economía, ecología, política y comportamiento humano

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    2006-2024

    Pedro J. Hernández



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    Inicio > Historias > ¿Cuál es su precio?

    ¿Cuál es su precio?

    La sección de economía de los diarios es a la ciencia de la economía lo que la visión de una película pornográfica es a una velada romántica con tu pareja. La mejor definición de Economía que he visto está en un libro de texto que recomiendo enérgicamente

    Douglas Allen. Economic Principles: Seven Ideas for Thinking … About Almost Anything

    La economía es un modo particular de pensar acerca del comportamiento


    El objetivo de toda ciencia es obviar primero los detalles y buscar los patrones generales. Para ello se elaboran modelos que no son más que una manera de hacernos pensar de manera más eficiente.

    Un primer principio fundamental de la economía asume que todo el mundo es egoísta. Todo el mundo la mayoría del tiempo está motivado por el beneficio personal. Se podría aquí entrar en una discusión acerca de las intenciones de cada uno. Pero lo que tiene sentido es observar el comportamiento general de la gente y ver si es compatible con el principio. El padre de un colega siempre le aconsejaba: "mi niño, tú has siempre lo que el cura diga, pero no lo que le veas hacer".

    Los economistas llaman a este principio maximización. Los consumidores tratan de maximizar la utilidad, las empresas los beneficios. Si nos quejamos entonces de que las eléctricas, las petroleras o los bancos tengan tantos beneficios, tendríamos igualmente que quejarnos de que la gente consuma tanta electricidad, coja tanto el coche y compre tantas casas.

    Esto lleva rápidamente al principio de escasez y a la tragedia de los bienes comunes. Cuando un bien no cuesta nada y la gente desea más del que hay disponible, decimos que el bien es escaso. Los aparcamientos gratuitos, el aire limpio y la escuela pública gratuita son un buen ejemplo que demuestra lo conveniente de poner un precio a los bienes.

    La escasez implica la necesidad de elección. Si todos tomamos elecciones tratando de sacar el máximo beneficio personal llegamos pronto a una situación de equilibrio donde nadie quiere cambiar su comportamiento.

    Pensemos en el comportamiento de los conductores en la vuelta a casa en hora punta como analogía sencilla. Todos se comportan de manera similar y pretenden llegar lo antes posible a casa usando todas las estrategias permitidas --maximización--. Los carriles más rápidos son escasos y todo conductor que se precie aprovechará cualquier oportunidad para pasarse a otro carril aparentemente más rápido. Todo el mundo está intentando sacar el máximo partido de las circunstancias del tráfico para llegar más rápido al destino y nadie quiere cambiar su comportamiento. Es una situación de equilibrio.

    En el equilibrio termina por hacerse indiferente el carril que uno elija, porque todas las oportunidades de carriles más rápidos están ocupadas. En el momento que surge una pequeña ventaja para un carril, inmediatamente pasan coches de los otros carriles disminuyen de nuevo su velocidad. Por eso los economistas dicen que no existe un "beneficio marginal" en un cambio de carril. El conductor que aprovecha un golpe de suerte para pasarse primero que los demás al carril que va ligeramente más rápido obtiene un pequeño beneficio que se denomina intramarginal. Pero rápidamente esa posibilidad de beneficio desparece por la densidad de tráfico añadida por el conductor que aprovechó la efímera oportunidad que le brindó la suerte.

    Dos consecuencias importantísimas de esta simple analogía:

  • No existen fórmulas para hacer dinero fácil y el que lo ha hecho es porque ha aprovechado un golpe de suerte. La regla es que si algún beneficio queda por exprimir, alguien ya lo habrá exprimido. Sí se pueden tener cantidades modestas de ganancias.

  • No existen fórmulas económicas para salvar el mundo si no cambias el comportamiento de la gente. La política económica es en general un fiasco porque si la situación es de equilibrio todo el mundo está sacando el máximo provecho posible dentro de las circunstancias.

  • No somos maximizadores egoístas por gusto, los somos porque durante el proceso evolutivo sólo los descendientes de maximizadores egoístas han conseguido sobrevivir. Esa es un posible conexión entre la economía y la biología que al final también es en cierto modo otra ciencia del comportamiento aunque no sólo del comportamiento.

    De un mundo donde todos seamos maximizadores y nadie esté dispuesto a cambiar su comportamiento se dice que es óptimo. Lo que no significa que sea perfecto, sino que no puede ser de otra manera dadas las condiciones. Éste es el dilema panglosiano.

    Un segundo gran principio de la economía es el de sustitución: todo el mundo está dispuesto a cambiar una determinada cantidad de algún bien por una determinada cantidad de otro bien. O de manera más cínica: todo el mundo tiene un precio.

    Otra vez no hay que fijarse en lo que la gente dice, sino en lo que hace. Lo que más podría sorprendernos no es que la gente de hecho tenga un precio, sino lo barato que ese precio puede llegar a ser. Y si no fíjense en lo que la gente es capaz de hacer en la televisión por un par de minutos de gloria.

    Pero es más sorprendente aún cuando vamos a cosas más serias. Cuantas veces no habremos oído a la gente decir: Nada tiene más valor en el mundo que un hijo. Moriría por mi hijo. Ahora veamos lo que hace la gente. Por supuesto no voy a poner los ejemplos más sangrantes en los que todos estamos pensando. Sino algo más mundano que cuenta Douglas Allen en su libro.

    Uno de los ejemplos más espectacular de puesta en riego de la vida de un hijo ocurrió en Seattle en los ochenta. Un hospital de la zona cobraba a los pacientes por días completos y el día empezaba a medianoche. Todas las noches, un grupo de mujeres en varios estados de embarazo se reunían en el aparcamiento y abarrotaban emergencias justo a la llegada de la media noche. Pueden imaginar la tortura de esos padres, esperando ansiosamente en cada contracción, a sabiendas de que aguantando unos pocos minutos más, se ahorrarían 600 dólares. El hospital resolvió el problema empezando a cobrar por horas, pero es un buen ejemplo de la elección de unos padres de comerciar con la salud de un hijo por 600 dólares.


    No vaya a pensar el lector que esto es una evaluación moral de esas parejas. Todo el mundo en algún momento terminaría por actuar de la misma manera. Sólo habría que discutir el precio.

    La gente tiene diferentes preferencias, los que hace que el comercio de bienes la regla. Los economistas llaman valor marginal a la máxima cantidad de un bien que estamos dispuestos a cambiar por una unidad más de otro bien. Así, el comercio no ocurre necesariamente porque alguien tenga un exceso de algo. Ocurre porque dos personas tienen diferentes valores marginales para los bienes. Así, el comercio se realiza de manera voluntaria porque beneficia a todas las partes.

    Bien, es el momento de valorar estos principios no por lo que pensamos de ellos sino por su poder explicativo. Así que, si el lector está pensando que tampoco hemos dicho nada demasiado relevante, atrévase a utilizarlos para responder a las siguientes cuestiones: ¿Por qué la mediocridad es la norma?; ¿Por qué añadir más carriles generalmente no contribuye a aumentar la fluidez del tráfico hacia el centro de las ciudades?; ¿Seguirá la gente consumiendo la misma cantidad de gasolina independientemente del precio que alcance?; ¿Qué le dirías a un estudiante a punto de graduarse que afirma que la cantidad de trabajo que ha hecho merece una compensación aunque sus resultados en los exámenes no sean tan buenos?; ¿En qué sentido es la competición una forma de cooperación?; En algunas profesiones -sobre todo artísticas-- hay una extraña correlación entre su atractivo y sus bajos ingresos. ¿Hay conexión lógica?; ¿Por qué introducir al azar un policía armado en los aviones disminuye la incidencia de secuestros?; ¿Es realista la escena de los western donde un buscador de oro llega a la cantina gritando "¡oro, oro, he encontrado oro!"?.

    Si después de esta entrada el lector no se enamora de la economía es porque soy un escritor muy mediocre. ¡Qué le vamos a hacer. Sólo intento maximizar mi utilidad!.

    2008-05-24 01:10 | Economia |


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    Comentarios

    1
    De: aprendiz de economia Fecha: 2008-05-25 19:19

    Creo que tengo mi propia respuesta para algunas de esas últimas preguntas, pero si algún día usted se anima a responderlas, por muy triviales que parezcan sus respuestas, seguro que todos estaremos encantados de oirlas. Puede que su ego saque un poco beneficio-extra (por favor, con el mejor de los sentidos, no malinterprete esta frase) y maximice
    su tiempo y talento, a cambio del nuestro propio que gastamos leyéndole y que cambiamos por el placer de aprender. Todos saldremos ganando, una vez.
    De verdad, me entusiasma la economía, y me encanta leer este blog.



    2
    De: Pedro J. Fecha: 2008-05-25 23:32

    ¡Qué va!. Las respuestas requieren un dominio de los conceptos básicos y eso es siempre difícil en cualquier disciplina.

    Deberías atraverte a responder a alguna de ellas. También soy un aprendiz inseguro de economía y eso del aprendizaje p2p parece una idea resultona.



    3
    De: Teresa Fecha: 2008-05-26 01:03

    Por incordiar un poco, señalaría que cuando la economía pretende salir del estudio de los comportamientos económicos y referirse a todos los comportamientos humanos (es decir convertirse en la ciencia social, cae en el absurdo si no empieza a usar variables sociológicas, como la clase social. Necesita saber de qué forma los entornos sociales diferentes fabrican individuos diferentes, sistemas operativos diferentes por decirlo en lenguaje informático y simplificar, que señalan los valores marginales de distintas clases de individuos.
    Por ejemplo, ¿ese hospital de Seattle era de clase baja o alta? ¿arriesgan igualmente las clases altas la salud de sus hijos por 600 $?
    Respecto a la pregunta: ¿Por qué la mediocridad es la norma?
    ¿Dónde es norma la mediocridad? ¿En la función pública? ¿Lo es en la fórmula 1? ¿Lo es en las empresas punteras?



    4
    De: Pedro J. Fecha: 2008-05-26 15:42

    ¿Intromisión profesional, eh?;-)

    No, en serio. La cuestión de Seattle no es la cantidad concreta de 600$ lo que es relevante, sino el hecho de que todo el mundo haría algo similar una una cantidad X y nadie tiene un argumento que no sea la palabra de la gente de que eso no funcione así en general.

    Respecto a la mediocridad, por lo visto en la torre de PISA --yo no la he visitado-- hay un cartelito que pone

    Mediocridad: lleva mucho menos tiempo y la mayoría de gente no lo nota hasta que es demasiado tarde



    5
    De: aprendiz de economia Fecha: 2008-05-27 17:25

    ¿Por qué la mediocridad es la norma?

    Veamos, el precio (esfuerzo) a pagar aumenta demasiado cuando hay muchos compradores. Mucha gente "puja" por ser bueno en algo, luego el precio a pagar para realmente conseguirlo cada vez es mayor. Por esta razón, la gente opta por la solución más fácil y se acomoda. Por otro lado, si todos fueran unos fuera de serie y no hubiera mediocres, se establecería un nuevo baremo en el que los peores de los fuera de serie se convirtieran en los nuevos mediocres. La distribución de la calidad sigue una distribución de campana de GAUSS, donde los fuera de serie y los incapacitados totales forman parte de los residuos laterales.

    ¿Por qué añadir más carriles generalmente no contribuye a aumentar la fluidez del tráfico hacia el centro de las ciudades?

    Porque todo el mundo tiende a optimizar el precio (tiempo) a pagar por estar atascado, usando los carriles rápidos hasta que se saturan igual (o mas) que los normales. Entonces ocurre el caso inverso: los conductores intentan cambiarse de carril cuando ven uno libre, ocupándolo inmediatamente y saturándolo al momento. Obtienen un beneficio momentáneo que pronto es diluido por el hecho de que todos los carriles están ocupados. El esfuerzo por ocupar un carril libre es mínimo (solo hay que torcer el volante) por el supuesto valor, que es ir más rápido. Entonces la oferta de carriles libre se satura y pierde valor, pues solo vale algo cuando lo tiene poca gente. No hay producto que valga la pena con tanto comprador!

    ¿Seguirá la gente consumiendo la misma cantidad de gasolina independientemente del precio que alcance?

    No. Yo ayer mismo tuve que pagar 60€ por llenar el deposito. Si en vez de 60€ hubiera pagado 120€ o 200€, seguramente fuera al trabajo en transporte publico, compartiria coche o, simplemente, usaría otro medio de transporte y vendería el coche.

    ¿Qué le dirías a un estudiante a punto de graduarse que afirma que la cantidad de trabajo que ha hecho merece una compensación aunque sus resultados en los exámenes no sean tan buenos?

    Le diría que la compensación, desgraciadamente, premia con buenos resultados los que tienen buenas notas, no los que se han esforzado, ya que esfuerzo no equivale a resultado. Puede haberse esforzado mucho pero no haber aprovechado el tiempo (o su intelecto), por lo que ha pagado un gran precio y ha obtenido un producto insuficiente. Le diría que tendría que optimizar su estudio, para con el mismo esfuerzo, obtener mejores resultados, y por lo tanto, mejores exámenes y mejores notas.

    ¿En qué sentido es la competición una forma de cooperación?

    Al competir, el nivel a superar cada vez es mayor, dando como resultado que todos los participantes son cada vez más buenos. No cooperan entre sí, pero el resultado final es bueno para la sociedad.

    En algunas profesiones -sobre todo artísticas-- hay una extraña correlación entre su atractivo y sus bajos ingresos. ¿Hay conexión lógica?

    El valor que obtiene un artista no es solo la remuneración que obtiene creando, sino el prestigio y el placer que obtiene al trabajar en su arte, el cual le apasiona. Mientras, el resto de trabajos mejor remunerados no son apasionantes para la mayoría. Eso no quita que haya artistas ricos y trabajadores apasionados. Cada uno invierte su tiempo en lo que le da mayores beneficios, siendo estos dinero, placer, fama o las tres juntas.

    ¿Por qué introducir al azar un policía armado en los aviones disminuye la incidencia de secuestros?

    Esa medida solo debe ser efectiva cuando la gente sabe (o sospecha) que es posible que haya un agente en su vuelo. El precio de oportunidad que ha de pagar el secuestrador aumenta, ya que hay una posibilidad (cuya probabilidad no sabe) de que su intento de secuestro salga realmente mal.

    ¿Es realista la escena de los western donde un buscador de oro llega a la cantina gritando "¡oro, oro, he encontrado oro!"?

    No. Si alguien consigue oro, lo normal es no decirlo, ocultarlo e incluso esconderlo o despistar al resto para que se alejen, y así obtener un mayor beneficio. Si todos consiguen oro, el descubridor obtiene menos beneficio. Y todo el mundo quiere su mayor beneficio.



    6
    De: Pedro J. Fecha: 2008-05-27 23:51

    Recuerda que intentamos lo difícil: aplicar un concepto básico. Ahí van las mías --recuerda que yo tengo chuleta
    para algunas respuestas --ya sabes, la mediocridad lleva menos esfuerzo--

    ¿Por qué la mediocridad es la norma?. Maximización de la utilidad. La frase de la torre de Pisa que puse arriba es una explicación excelente.

    ¿Por qué añadir más carriles generalmente no contribuye a aumentar la fluidez del tráfico hacia el centro de las ciudades?. Un nuevo carril es un incentivo para coger más el coche. Luego la gente substituye (principio de sustitución) el uso del transporte público o su casa (un tráfico más fluido al principio es un incentivo para alquilar un piso más barato en las afueras).

    ¿Seguirá la gente consumiendo la misma cantidad de gasolina independientemente del precio que alcance?. No, No y No. Principio de sustitución. Insisto en lo del sí porque se oye mucho el argumento de la indiferencia de la gente al precio del combustible. Ante un determinado precio, andar, el trasporte público, la bici, compartir el coche, etc empiezan a hacerse más atractivos a los consumidores.
    De todas maneras, hay muchas más cosas interesantes que decir al respecto, pero usando la curva de demanda y el concepto de elasticidad –a lo mejor vamos con ello otro día--. Si quieres a dos excelentes posts sobre el asunto, uno en Environmental Economics
    [{y otro en el blog de Paul Krugman
    http://krugman.blogs.nytimes.com/2008/05/13/more-on-oil-and-speculation/}]

    ¿Qué le dirías a un estudiante a punto de graduarse que afirma que la cantidad de trabajo que ha hecho merece una compensación aunque sus resultados en los exámenes no sean tan buenos?. Coincido exactamente contigo. Cuando el PP hablaba de la cultura del esfuerzo tenía que haber añadido para conseguir buenos resultados. De hecho en educación se está hablando ahora mucho de utilizar una cosa que llaman competencias para evaluar a los alumnos que en el fondo no son más que una aplicación de ese principio.

    ¿En qué sentido es la competición una forma de cooperación?. Creo que Adam Smith lo explicó perfectamente en el bastante citado
    "No esperamos nuestra cena de la benevolencia del carnicero, el cervecero o el panadero, sino del cuidado que pongan en sus propios intereses. No apelamos a su humanidad sino a su egoísmo y nunca les hablamos de nuestras necesidades sino de sus beneficios".

    De hecho se puede establecer una analogía --no me atrevo a decir equivalencia-- en el modo en que los "genes egoístas" pueden llevar al altruismo.

    En algunas profesiones -sobre todo artísticas-- hay una extraña correlación entre su atractivo y sus bajos ingresos. ¿Hay conexión lógica?

    El concepto es equilibrio. El atractivo de la profesión produce un efecto llamada, pero como con los carriles de la autopista, el mundo está maximizando y las oportunidades de sacar beneficio son escasas.
    Le puedes dar la vuelta a la cuestión, ¿y por qué son atractivas si no reportan beneficios?. Y ahí quizás en donde se pone interesante.

    ¿Por qué introducir al azar un policía armado en los aviones disminuye la incidencia de secuestros? . Coincido. El secuestrado tiene de su lado que nadie quiere ser el primero el morir. Cuando hay cierta probabilidad de que alguien pudiese ser el primero en responder, el precio del secuestro aumenta.

    ¿Es realista la escena de los western donde un buscador de oro llega a la cantina gritando "¡oro, oro, he encontrado oro!"?

    Ésta es una pregunta más bonita de lo que parece a primera vista. La respuesta obvia es la que tú das. O la historia sólo sería posible si el buscador de oro apuntara en otra dirección. Pero el asunto puede ser más sutil –esto no está en la chuleta-- porque podrían existir otros incentivos para el buscador como saber que de todas maneras lo iban a descubrir o que no esté muy bien visto en lugar guardarse esa información arriesgándose a un linchamiento.

    Esa es una de las cosas que me gusta de la economía en analogía con la física. Los principios son guías de pensamiento que uno toma como artículos de fe. Cuando un principio parece no explicar la situación es un indicativo de que algo estamos pasando por alto. Como con el principio de conservación de la energía, si no se cumple no es problema del principio sino problema tuyo que estás siendo torpe en identificar los elementos que están influyendo.



    7
    De: Pedro J. Fecha: 2008-06-07 12:49

    ¿Seguirá la gente consumiendo la misma cantidad de gasolina independientemente del precio que alcance?

    El consumo de gasóleo de automoción registró un "notable" descenso del 9,6% durante el pasado mes de marzo, hasta 2,07 millones de toneladas, lo que supone el primer retroceso desde septiembre de 2007, según el Boletín de Hidrocarburos.


    Extraído de informacion.es.

    El principio de sustitución en plena acción.



    8
    De: Emprendeus Fecha: 2008-09-20 21:03

    Brillante !!! Me enamore



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