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Ecos del futuro

Reflexiones sobre ciencia, economía, ecología, política y comportamiento humano

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    2006-2024

    Pedro J. Hernández



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    Inicio > Historias > Economía y psicología de los regalos de navidad

    Economía y psicología de los regalos de navidad

    El único regalo que me ha gustado siempre hacer es aquel que uno ve y dice: a fulano le encantará. Pero como con el orgasmo simultáneo --que decía Woody Allen--, la situación se aproxima más al mito que a la mayoría de compras que se producen en estas fechas.

    Estaba leyendo el otro día un modelo económico basado en un estudio realizado en EEUU, que afirmaba que en los regalos recibidos generalmente por compromiso de familiares lejanos y conocidos se pierde 1/3 del valor del regalo en promedio respecto si el agasajado hubiese sido el que hubiese hecho la elección, con lo que es frecuente que la mayoría de estos regalos de compromiso terminen con el tiempo convirtiéndose en meras trasferencias en metálico o en bonos de tiendas canjeables por objetos. El homo economicus que todos llevamos dentro termina por imponerse.

    Pero la economía tiene poco que decir cuando queremos agasajar a un familiar más cercano o algún amigo con el que queremos quedar especialmente bien --me viene a la cabeza aquella idea de la psicología evolucionista --sea o no cierta-- que los amigos no son más que la manera en que la evolución nos ha dotado de neveras: si tengo suerte con la caza y te regalo medio bisonte, pongo todas mis esperanza en que tú hagas lo mismo cuando esté de mala racha, que es otra manera de poner medio bisonte en conserva.
    Nadie da duros a cuatro pesetas, dice el viejo dicho, y obviamente no existen regalos totalmente desinteresados. El hecho mismo de dar tanto valor a un regalo aparentemente desinteresado hace improbable que éste sea de hecho totalmente desinteresado.

    ¿Qué deberíamos regalar por una cantidad de dinero fija?. Según Eliezer Yudkowsky los japonese tiene la exótica costumbre de regalar melones de 50 $. Si le regalas a alguien un lector de DVD de 100 $, ese alguien inmediatamente pensará que le estás regalando un modelo de gama baja y que estás siendo tacaño, mientras que si le regalas digamos un vino de 60¤ la botella, incluso aunque no sepa apreciarlo no tendrá ningún motivo para llamarte tacaño, a pesar de que el DVD era en realidad más caro. Por eso las velas son unos detalles tan bonitos. Una velas son objetos baratos y prescindibles, por lo que pagar 10 euros por una le hace quedar a uno como de otra estirpe.

    Un experimento precioso al respecto es el de los helados

    A los sujetos que se les mostraba sólo el helado H, estaban dispuestos a pagar un promedio de 1,66$ y una media de 2,26$ por el otro. Mostrados simultáneamente, los precios justos andaban respectivamente por 1,85 y 1,56.

    Los vendedores de helados aprendieron bien la lección y aún así suelen ser fuente de ilusión. Aplíquense el cuento...¡de navidad claro!.

    2007-11-28 18:32 | |


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    Comentarios

    1
    De: Pedro J. Fecha: 2008-12-21 23:33

    What’s the best Christmas present?. Tim Harford



    2
    De: Pedro J. Fecha: 2008-12-22 16:44

    Are men or women more tolerant of inappropriate gifts?. Marginal Revolution



    3
    De: Pedro J. Fecha: 2008-12-22 20:17

    The Gift-Card Economy. New York Times Magazine



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