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¿El fin del petróleo barato?
No nos engañemos. El precio del petróleo ha estado en estos últimos años muy por debajo de su valor real. Y la mejor demostración de ello es que con un barril por encima de los 75 dólares la economía no se está resintiendo.
Hace justo un año estábamos justo en la misma situación y el lobo del barril a 100 dólares no llegó. Ahora los analistas vuelven a ser pesimistas y
predicen un barril sobre los 95 dólares de aquí a finales de año. ¿Llegará esta vez el lobo?.
Reason Magazine analiza la situación según el punto de vista de las agencias norteamericanas relacionadas con el tema. El mensaje es relativamente optimista: No estamos en el pico de producción de petróleo y parece que la demanda podrá ser cubierta en los próximos 25 años.
Pero hay un problema aquí, aparte de
otros problemas circunstanciales. Nos estamos olvidando de dos aspectos fundamentales: los seres humanos mentimos y las leyes de la termodinámica también se aplican aquí.
Las
sospechas de que los productores de Oriente Medio han mentido sobre sus reservas son claras y están económicamente justificadas, puesto que la cantidad de producción permitida por la OPEC está en función de las reservas declaradas. El
caso de Arabia Saudí ha sido especialmente notorio.
Y luego está el problema de la diferencia entre que el petróleo esté ahí y el hecho de que sea rentable energéticamente hablando el extraerlo o de que sea prudencial el tiempo de extracción. Por ello
los expertos distinguen entre reservas probadas, reservas probables y reservas posibles.
Las reservas probadas son de 1,3 billones de barriles según
Energy Information Administration's International Energy Outlook 2007. Al ritmo de consumo actual de unos 86 millones de barriles diarios, eso daría para un máximo de 35 años.
Pero esos números pueden no ser representativos. Ya hemos visto ejemplos de cómo la capacidad de producción y el refinado no pueden crecer al ritmo que uno desee para responder a la demanda. Y ésta capacidad podría estar perfectamente en el
pico de Hubbert, como lleva siendo
predicho desde el año 1956 y que presentamos en una de las últimas actualizaciones de
ASPO
Y existe otro problema añadido. Si apostamos por explotar tanto el petróleo convencional como las
areniscas de alquitrán de las que Venezuela posee las mayores reservas mundiales, estaremos desarrollando una infraestructura energética a costa de retrasar las alternativas, lo que constituye un callejón sin salida.
De hecho, el conocido como
informe Hirsch encargado por Departamento estadounidense de la energía concluye que necesitamos al menos 10 años para una transición a otras alternativas energética con un impacto medio a costa de una operación sin precedentes donde se sacrifiquen gobierno, industria y consumidores. Sólo en un periodo de unos 20 años podría hacerse una transición sin un impacto apreciable en nuestro modo de vida.
El problema es que ya no tenemos tiempo para la transición moderada y el tiempo apremia para la transición con sacrificios.
2007-07-19 14:38 | Petroleo, Energia, Futuro, Economia |
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