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El director de The God Who Wasn't There ha ideado un curioso reto cuyo premio es un DVD del film: colgar un vídeo en YouTube donde la gente tiene que blasfemar hasta condenarse al infierno. No podemos decir que no haya tenido éxito la iniciativa. Yo cuento unas 1089 almas condenadas. ¡Quizás una explicación interesante al enfriamiento de la economía estadounidense en los últimos años!.
Sería interesante ver la tendencia con los años. Los únicos datos que he encontrado por ahí son de la primera mitad del siglo XX donde da la impresión de una caída exponencial en las creencias. O quizás sólo veo lo que quiero ver. Ya veremos. ¡Por una vez que soy optimista...!
Addendum
Aquí --vía RichardDawkins.net-- podemos ver el reportaje de abc News sobre el reto de la blasfemia:
Bueno, yo no he puesto más que el calificativo de curioso al asunto. De hecho, intenté ver la película-documental de este señor y después de cinco minutos tuve que dejarla por verdadero tedio.
Pero también me resulta curioso el hecho de que los creyentes --desde un punto de vista intelectual-- parecen atribuirse el derecho de herir la sensibilidad de cualquiera que no comparta su visión de las cosas, pero cuando ocurre al contrario, todo el mundo pone el grito en el cielo. Sigo viendo cierta asimetría del lado siempre de los mismos.
A mí me pasó igual con TGWWT, que como gracieta está bien, pero en resumidas cuentas no se salvan más que cinco o diez minutos del documental. Lo mismo que esta iniciativa del Blasphemy Challenge.
Si me permitís, copio y pego un fragmento del análisis que hicieron el otro día en Daylight Atheism y con el que no puedo estar más de acuerdo:
If we American atheists define ourselves purely in opposition to Christianity, we give the appearance of being a purely reactionary movement obsessed with criticizing one particular religious belief set. That is not what we are; we offer a bona fide alternative to all forms of religious belief, a positive and desirable alternative path that people should be proud to follow. Getting media attention through stunts like this is well and good, but we should be taking pains to make that clear.
De acuerdo, pero hay una razón para ello y desde mi punto de vista bien justificada. En España por ejemplo --y sucede lo mismo en EEUU-- ninguna relgión como el cristianismo ataca continuamente y tiene la influencia económica y política necesaria como para cambiar derechos y formas de gobernar que han costado mucha sangre, sudor y lágrimas desde la ilustración.
Efectivamente, los datos son esperanzadores incluso para EEUU según una nueva encuesta de Pew Research Center for the People & the Press
* One-in-five members of "Generation Next" say they have no religious affiliation or are atheist or agnostic, nearly double the proportion of young people who said that in the late 1980s.
* Nexters are among the least likely to attend church regularly: 32 percent attend at least once a week compared with 40 percent of those over age 25.
* Nearly two-thirds of Nexters (63 percent) believe humans and other living things evolved over time. By contrast, Americans over the age of 40 favor Creationist accounts over evolutionary theory.
* Nexters are the most tolerant of any generation on social issues such as immigration, race and homosexuality.
* Nexters are among the most likely to say the will of the American people, not the Bible, should be a more important influence on U.S. laws.
* And just 4 percent of Gen Nexters say people in their generation view becoming more spiritual as their most important goal in life.