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Futarquía: ¿hacia una nueva democracia?
Después de las vacaciones el cerebro parece no reaccionar y llevo una buena temporada sin tener nada interesante que contar, por lo que el blog ha estado hibernado. Sin embargo hoy alguien en la
lista de distribución escépticos señalaba un
enlace interesante a notas de prensa que demuestran claramente que el Partido Popular sí que hizo acercamientos con intención de negociar con el entorno de ETA. Ahora sin embargo parece que pretenden hacernos creer otra cosa.
Esa no es una información muy novedosa:¡los políticos mienten!. El problema más grave es que pueden tomar decisiones fundamentales en base a mentiras. ¿Les suena a algo lo de armas de destrucción masiva y la supuesta conexión entre Sadam y Bin Laden?. Esta obviedad me lleva a un interrogante más general. En una democracia representativa elegimos a los políticos pero no elegimos las decisiones que van a tomar una vez están en el gobierno.
Recuerdo haber leído un artículo del siempre original economista
Robin Hanson
Futarchy: Vote Values, But Bet Beliefs
donde Hanson propone un tipo de democracia --que denomina Futarchy y que yo traduzco como Futarquía-- donde las decisiones del gobierno que se traducen en leyes podrían estar sometidas a los mercados de apuestas, que tienen --o al menos ese parece ser el caso-- mayor capacidad de agregar la información.Hanson pone el curioso ejemplo de cómo los futuros del mercado de jugo de naranja de Florida hacen mejores predicciones del tiempo que las propias instituciones oficiales --¿quizás deberíamos sustituir al meteorólogo de la tele por una lista de precios del mercadillo local?-- Bueno, eso era en 1984. Ahora parece que los
modelos de predicción metereológicos lo están haciendo bastante mejor.
El referente de las apuestas puede ser el aumento del PIB aunque desde mi punto de vista esto tendría una ventaja y un inconveniente. La ventaja es el valor más o menos objetivo de esta cantidad. El inconveniente ya lo he
comentado anteriormente, y trata de buscar
otros índices --de satisfacción o felicidad como habitualmente se les llama-- más acorde con los intereses de la gente, aunque
más sujetos a polémica.
Curiosamente en uno de mis blogs preferidos --Statistical Modeling, Causal Inference and Social Science-- hay una
entrada con comentarios interesantísimos sobre el artículo de Hanson y una réplica del propio Hanson.
Lo que está bien claro es que las decisiones políticas tienen que englobar ciertos aspectos que están fallando en las democracias representativas actuales. Desde escuchar la voz de los más desfavorecidos de la sociedad cuyos índices de abstención son mucho mayores que los de la clase media y por tanto están menos representados por los políticos que contribuyen con sus políticas a que esos desfavorecidos participen aún menos en el proceso democrático --ese hecho está perfectamente descrito en John Kenneth Galbraith. La cultura de la satisfacción. Ariel.1994--. Pasando por que se oiga más la voz de los más jóvenes y los más mayores generalmente peor representados por sus
elevados índices de abstención. Hasta prestar más atención a políticas más a largo plazo como la educativa o la energética.
Sin embargo, y como nota final, también en
otra entrada del Blog Statistical Modeling se hace referencia a un libro cuya tesis es precisamente que la democracia representativa es de hecho una manera legítima de toma de decisiones y no sólo una manera pragmática de delegar decisones a segundos cuando la democracia directa no es posible...Habrá que echar un vistazo.
2006-09-13 20:54 | |
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