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Lo que el dinero no puede comprar
Si pueden no se pierdan el documental
Enron: los tipos que estafaron a América
que emitió Canal+ esta mañana y al que estaba echando un vistazo. Lo más que me sorprendió fue cómo casi todo el mundo se dejó engañar por las artimañas de los directivos, que incluso convencieron al gobernador de california para dejarles hacer lo que quisieron con el mercado eléctrico, creando aquella famosa crisis de abastecimiento y encarecimiento de la electricidad sin que realmente existiera ningún problema real.
Es un claro ejemplo de lo que comentaba en la entrada
El lavado de cerebro de la economía clásica sobre las libertades de las grandes corporaciones que quieren ser -y son- "ciudadanos de pleno derecho" pero sin las obligaciones de sociales de estos.
El
caso Enron es el primer ejemplo que uno debe mencionar ante esos influyentes personajes que todavían tienen la osadía de defender que el mercado es autorregulable. Si quieren un segundo ejemplo, mencionen la "ingeniería fianciera" del
caso WorldCom, en plena burbuja de las puntocom, y del que cuenta una interesante experiencia personal el matemático y conocido divulgador
John Allen Paulos en su libro
Un matemático invierte en la bolsa. Tusquets.2004.
Paulos se da cuenta:
Afortunadamente, el comunismo ha quedado desacreditado, pero los mercados libres no regulados o poco regulados presentan algunos incovenientes evidentes.
Paulos es demasiado condescendiente con lo de "inconvenientes evidentes". Pero en la misma sección presenta varios ejemplos de cómo el asunto es más serio.
Todos esos ejemplos, consecuencia de la desregulación de los mercados, sólo contribuyen a abrir la brecha entre ricos y pobres en aspectos mucho más sutiles de lo que la gente puede llegar a pensar.
Y es entonces cuando me viene a la memoria un artículo imprescindible que había leído hace unos meses
Sandel, Michael J.
What Money Can’t Buy: The Moral Limits of Markets.
Sandel comenta en profundidad cuatro situaciones: la maternidad de alquiler, el ejército profesional, y la compra de votos.
En el primer caso Sandel argumenta de manera bastante convincente que el que esté dispuesto a defender la existencia de las madres de alquiler, debería estar de acuerdo con la compra-venta de niños. De dicha analogía, Sandel reflexiona sobre algo que olvidan los partidarios del libre mercado. Hay cuestiones sutiles de fondo que hacen poco probable que ciertas transacciones sucedan de forma totalmente libre e informada.
Me ha llegado especialmente el argumento --ahora para mí, un objetor de conciencia-- aplatante de que el ejercito profesional contribuye a abrir la brecha entre ricos y pobres...Los hijos de los ricos no van a la mili.
Y por último está la invasión del mercado libre en la política. Sandel pregunta por la diferencia entre prometer electoralmente una rebaja de 500 euros en los impuestos o comprar un voto por 500 euros. ¿Adivinan?. ¡No la hay!
Addendum
En la
página de Freakonomics hay una discusión interesante sobre la compraventa de órganos.
2006-07-11 22:02 | Dinero, Economia |
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Comentarios
1
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De: rvr |
Fecha: 2006-07-12 02:00 |
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También vi el documental y es lamentable. Entre los libros más vendidos de Amazon.com hay un libro de una escritora estadounidense que afirma que el cáncer de EEUU son los liberales. A mi me parece que más bien es lo contrario: la derecha más reaccionaria, cuyas ideas de libre mercado -entre otras igual o más peligrosas- se está cargando las bases del país... ¿cuánto tiempo puede resistir EEUU sin una educación pública o una asistencia sanitaria mínima?
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2
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De: Pedro J. |
Fecha: 2006-07-12 19:10 |
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Educación pública la hay. El problema es que los pudientes van a privadas o a escuelas homogéneas de buenos barrios y los pobres se tienen que conformar con las escuelas con más problemas.
Así, las instituciones públicas terminan funcionando para los menos favorecidos y con mala calidad, mientras que los más afortunados se pagan sus servicios.
Por eso se está dando la inmoralidad --desde mi punto de vista-- de los pudientes que reclaman menos impuestos y subvenciones para utilizar servicios privados o semi-privatizados --vease el caso de la educación concertada en España-- a costa de unos impuestos que se podían utilizar para mejorar la situación de los desfavorecidos.
Y otra paradoja más grave. Algunos de lo que piden que subvenciones los colegios concertados de sus hijos, luego están en contra de las ayudas a los más necesitados...cuantas veces habrás oído.¡Qué se busque un trabajo y que deje de vivir de nuestros impuestos!.
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De: Manuel |
Fecha: 2006-07-16 01:03 |
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Me sorprende que te haya llegado especialmente el asunto del ejército profesional. Yo soy una persona de pensamiento de izquierdas y por eso precisamente me he opuesto siempre al ejército profesional: el servicio militar obligatorio es de siempre un logro de la izquierda, precisamente para que ricos y pobres presten ese servicio a la sociedad. El ejército profesional es la versión moderna de las levas, en las que los poderosos libraban a sus hijos de ir a la guerra pagando unas cantidades estipuladas.
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De: Pedro J. |
Fecha: 2006-07-16 17:36 |
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Decía que me llegó en el sentido de que obviado el idealismo de inexistencia de ejércitos, ahora pienso que el servicio militar más justo es el de toda la vida (con ciertas mejoras) cuando en su momento objeté a esa manera de hacer la cosas. En fin, que fui un insolidario pensando que hacía un acto de rebeldía para mejorar la sociedad.
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5
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De: Mike Chapel |
Fecha: 2006-07-29 21:41 |
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¿Avanzamos cuando retrocedemos?
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