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Presume de tus donaciones
Mi hijo de 3 años es el único de su clase que ha elegido --bueno, sus padres lo han elegido-- no cursar religión.
No voy en esta entrada a discutir que unos niños de 3 años reciban ese tipo de adoctrinamiento me parezca una de esas aberraciones con las que hay que acabar en un país que se quiera parecer en algún momento al primer mundo por algo más que su PIB per cápita.
Cuando nos pidieron en el colegio que colaboráramos en navidad con alimentos para lo más desfavorecidos, intentamos que nuestra donación fuese importante con el objeto de demostrar que nuestro rechazo a la religión no implica que nuestros valores éticos sean mejores ni peores que los de los demás. --La fundación Richard Dawkins ha querido utilizar una estrategia parecida para las ayudas a Haití con la iniciativa
Non-Believers Giving Aid--
Alguien podría argüir en este momento, que el hecho de que nuestras intenciones con la donación no hayan sido "honestas" precisamente pone en cuestión nuestros valores éticos. Y ahí es donde quiero llegar en esa entrada: no tenemos que basar nuestro comportamiento como individuos sociales en una especie de dualismo que implique que tengamos que tener una serie de intenciones o sentimientos sobre nuestras acciones. Lo que importan son nuestras acciones y los valores intersubjetivos en los que están basados, no las intenciones o sentimientos últimos que pudiesen existir detrás de éstas --cualquier cosa que eso pudiese significar--.
La evolución ha jugando con nosotros al juego de lo que quiero que piense el otro que estoy pensando. Y una de las mejores manera de lograrlo parece que ha sido la estrategia resultante de esa presión social sobre nuestra evolución: ocultarnos incluso a nosotros mismo los conflictos de intereses en juego.
Podría ser más productivo estudiar el valor de señal social que damos a nuestras donaciones y cómo podemos aprovechar ese conocimiento para aumentar la colaboración ciudadana --el valor intersubjetivo que sí debemos promover--.
Las
evidencias muestran que la hipótesis de que nuestras donaciones son señales sociales es la más plausible. Y en el mejor de los casos, un
modelo de "altruismo impuro" como el elaborado por James Andreoni podría explicar lo observado, pero nunca un modelo estrictamente altruista.
De hecho, los resultados de
experiencias relacionados con la contribución a los bienes públicos
indican que los donantes actúan aparentemente más llevados por su reputación que por la utilidad de sus contribución. Por lo que hacer públicas las donaciones podría sin duda contribuir a aumentar su número y cuantía.
En 2005 Robert Cooter y Brian Broughman
propusieron una lista pública en internet del porcentaje de sus ingresos que donaba cada persona a obras sociales. Cada uno podría decidir si apuntarse o no en la lista, pero en la medida que los más generosos fueran introduciendo sus datos, eso iría arrastrando a los demás. Los estudios parecen indicar que esa publicidad podría aumentar las donaciones hasta duplicarlas.
Addendum
Página con gran cantidad de referencias sobre el tema del altruismo.
2010-01-18 00:34 | Etica, Religion, Economia, Ateismo, Sociedad, Comportamiento humano, Dinero |
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Comentarios
1
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De: Fer |
Fecha: 2010-01-18 13:24 |
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Interesante.
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2
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De: Diego |
Fecha: 2010-01-18 23:44 |
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Excelente entrada, te felicito.
Generalizando este dilema de la doble moral, iempre me cuestiono la finalidad última de todas las acciones humanas, y al final de la cadena SIEMPRE encuentro la misma motivación: supervivencia básica y primitiva.
Quizás la respuesta es qué peso darle a esta capa primitiva y qué peso darle a las demás que la recubren, una tras otra hasta la motivación 'superficial' o 'de primera impresión'.
Un saludo.
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